Criticar a la prensa es muy fácil. Solo hace falta tener una línea de pensamiento contraria a la del medio en cuestión para acusarlos de manipular, de "rojos" o "fachas" según a cada cual convenga. O hacer balance de cómo se tratan los asuntos más escabrosos, los sucesos, con todo tipo de detalles que no aportan nada más que un buen número de lectores debido a la facilidad de hacer clic (¿es información que a alguien le guste The Walking Dead en Facebook?). Pero hoy no me voy a ocupar de criticar a la prensa generalista, sino a la televisiva. Particularmente, en la era de Internet. Como generalizar está mal, hay que decir que esta crítica no va dirigida a todos los medios, pero sí a algunos de los más populares.