20 mar 2015

Ser cuqui hasta comiendo cerebros

"De los creadores de..." llegan Unbreakable Kimmy Schmidt y iZombie. Y las dos merecen como mínimo una oportunidad a la larga

¿Qué pueden tener en común dos series tan distintas como iZombie y Unbreakable Kimmy Schmidt? A simple vista nada. Fijándose en los nombres que la acompañan ya tenemos algo: son la vuelta a la televisión de Tina Fey (30 Rock) y Rob Thomas (Veronica Mars). Y, esto ya es una percepción personal, el cuquismo. Sí, sí, se puede ser cuqui hasta cuando te dedicas a abrir personas en canal para dictaminar las causas de sus muertes y, ya que estás, le hincas el diente a sus cerebros. En serio.

Kimmy Schmidt es una de las cuatro chicas rescatadas de un culto que les hizo creer que el Apocalipsis había llegado (ya nos lo advirtió Arrabal) y por ello debían mantenerse encerradas en un búnker bajo tierra. Por su parte, Olivia (Liv) Moore era una doctora residente que un día fue a una fiesta en un barco y, al siguiente, se despertó encerrada en una bolsa para cadáveres y convertida en una zombi. Kimmy decide que quiere comenzar a vivir la vida a lo grande y se queda en Nueva York. Liv se muda (profesionalmente) a la morgue, rompe con su prometido para no infectarlo y se pasa la vida trabajando o delante de la televisión. Y sí, es cuqui.

¿Cómo puede ser un zombi un ser entrañable? Porque Rob Thomas se ha encargado de que nos caiga a la perfección. Es la Veronica Mars emo: igual de irónica, incluso con un timbre de voz parecido que nos hace vivir un flashback constante con sus voces en off, y que solo se alimenta de los cerebros de la gente que llega a su trabajo. Aunque se vea tentada a rebanarle los sesos a algún maleante. Y porque quiere hacer el bien, claro. Sobre que Kimmy es cuqui no hay ninguna duda: lleva 15 años encerrada y todo para ella es nuevo. Se sorprende a cada paso que da, habla como si siguiese viviendo en el 2000 y contando 14 primaveras, le extraña no sentir nada cuando alguien “la googlea”, lleva unas zapatillas con luces y casi nunca borra la sonrisa de su cara. También es reminiscente de otro personaje de la propia Tina Fey: Liz Lemon, el caos hecho persona. Aunque sean la noche y el día despiertan el mismo tipo de simpatías y tienen un sentido del humor muy peculiar y una manera de contestar a la gente marca de la casa.

Si sus creadores tienen tanto peso es precisamente porque no dejan que sus huellas personales se escapen de la percepción del espectador. iZombie tiene un montaje parecido al de la Vero, con su ya mencionada voz en off que nos guía a través de todo el capítulo, ambas jóvenes tienen unas vidas personales caóticas y persiguen a los malignos de turno. Unbreakable Kimmy Schmidt tiene a la maravillosa Jane Krakowski, siempre perfecta en sus papeles de mujeres superficiales e insoportables, el mismo tipo de humor surrealista, metalenguaje televisivo hasta en la cabecera, recursos musicales calcados de los de 30 Rock… Y una positividad que da un subidón de azúcar incluso si lo has retirado de tu dieta.

Mientras que Tina Fey no ha perdido ni un atisbo de frescura, parece que a Rob Thomas le ha ocurrido todo lo contrario. Y eso que no ha estado para nada inactivo (¿nos olvidamos de que fue uno de los impulsores de la nueva generación de Sensación de Vivir? ¿Sí?). Kimmy comienza fuerte desde el primer momento, con ese “Apocalypse” a modo de villancico, la canción autotuneada –aunque nada supere a la real-, la personalidad de Kimmy y la de todos los que la rodean. De ser real, parecería que ha salido de un culto para meterse en otro destinado a gente con taras mentales. A iZombie sin embargo le falta empaque. Está demasiado en pañales, sin un universo propio desarrollado. ¿Cómo puede ser que Liv adquiera las habilidades de la gente a la que come y que esto no provoque situaciones hilarantes, surrealistas y memorables? ¡Sobre todo en un capítulo piloto! Ojalá la historia evolucione y alcance madurez, porque puede ser muy prometedora. Su presentación se puede ver y deja un buen sabor de boca, pero agriado por cierta decepción: pesa más el caso de la semana que lo sobrenatural. Y no era eso lo que queríamos para nada. Por cierto, un aplauso tanto para Ellie Kemper como para Rose McIver por sus excelentes interpretaciones. Sin ellas seguramente ninguna de estas dos series serían lo mismo.