· Ser mujer y policía en los 90: algo muy duro para Helen Mirren
· Ni la silla de ruedas pudo parar a Ironside
¿Sigues en shock, decepcionado, maravillado o cualquier otro sentimiento desorbitado que te haya provocado el final de la primera temporada de
True Detective? Aunque todo el mundo lleva un par de meses hablando sin parar de la serie de
Matthew McConaughey y
Woody Harrelson (¿por qué todo el mundo se olvida de él si está soberbio?), y sobre todo ahora que tendremos que esperar mínimo hasta el año que viene para la nueva tanda (¡se avecinan las quinielas!), nos hemos puesto a investigar qué otros tipos de grandes detectives nos ha dado la ficción internacional. Como en todo (y como ya os demostramos con nuestras otras listas como la de
parejas o
personajes homosexuales), en la variedad está el gusto.
¿Te imaginas que un escritor de éxito te dejase su casa en Hawái, su Ferrari, un mayordomo para ti solo... y sin tan siquiera tener que pagar un mísero alquiler simbólico? Pues eso le pasaba a
Tom Selleck en
Magnum P.I., la serie de 1980 donde el detective privado (P.I., claro) se dedicaba a lucir palmito por uno de los principales paraísos tropicales del mundo. Con su bigote ochentero, sus camisas de flores y sus bermudas, estamos seguros de que la madre de más de alguno de vosotros suspiraba por él como por
Chayanne a finales de los 90.
Cuando
Helen Mirren se puso en la piel de
Jane Tennison por primera vez en 1991, solo ocho mujeres en toda Inglaterra ostentaban en la vida real su cargo en la serie
Principal sospechoso (cuya primera temporada en España se llamó
Una mujer de acero, por cierto). Increíble que fuese hace solo 20 años, ¿no? Que su personaje fuese mujer no pasó desapercibido dentro de la serie, que además de narrar los casos de la (inicialmente) inspectora jefe, también se ocupaba en gran medida de retratar ese mundo tan machista y retrógrado que si se podía extender a la sociedad en conjunto, en la policía lo era mucho más. Y lo que queda.
Nació como una serie de novelas, y la serie fue tan popular que el autor
Colin Dexter tuvo que cambiar el modelo de coche que conducía para que se correspondiese, en lugar de ser al revés. Hablamos del
Inspector Morse, un hombre entre cuyos intereses se encuentran la poesía, la música clásica, el té, los coches antiguos y los puzzles. Y aunque parezca mentira, todo esto sumado a su extraordinaria memoria era lo que le hacían resolver los crímenes. Lo cual me hace tener fe en que cualquier conocimiento friki me pueda servir para algo útil en la vida. Gracias, Morse.
La empatía en
Sarah Lund brilla por su ausencia, tanto por su familia, como por sus colegas... Aunque a veces se le va la pinza y acaba envuelta en líos de falda con sus compañeros (¡menudo ojo tiene!), o llega un punto en que los casos le afectan tanto que toda la ira que no le habíamos visto en toda una temporada acaba disparándose y haciendo que miremos a nuestros pies por si de repente la Tierra empieza a temblar. La agente de
Forbrydelsen es uno de nuestros personajes favoritos de ahora y de siempre. Tanto, que incluso hemos sustituido el
salud de "que Dios nos dé salud" por
Sarah Lund. Así es nuestro nivel de frikismo. Y que Dios nos dé
Sarahlund. ¿A que mola?
Por último (al menos hoy, que las segundas partes nos vuelven locos) tenemos a
Ironside. ¡No, tranquilos, que no vamos a hablar del remake de
Blair Underwood! Nos referimos al original, al de 1967, un policía que lejos de retirarse después de sufrir un accidente que lo dejaría anclado a una silla de ruedas, sigue en activo (aunque como asesor especial) y tan resolutivo como siempre. Una curiosidad: cuando
Universal comenzó a vender las reposiciones, le cambió el nombre por
The Raymond Burr Show, el nombre del actor protagonista.