Expediente X, 24 y Prison Break tendrán sus continuaciones en FOX. ¿Se les ha ido de las manos tanta nostalgia?
En los tiempos difíciles, quien no arriesga no prospera. Eso lo saben muy bien en FOX que, por hacer una analogía, en el curso pasado ha vivido algo así como si Telecinco pasase a tener la audiencia de Cuatro, aunque no tan exagerado, y solamente le diesen una alegría los datos de El Príncipe (en el caso real, los de Empire). Por el momento, su estrategia parece clara: copar cuantos más titulares mejor. Pero no cualquier tipo de titulares: de los que crean expectación. Los que hacen que se hable continuamente de ellos. Y una gran manera de conseguirlos es dándole una segunda vida a algunas de sus series más míticas. Ríete tú de NBC y su miniserie de Héroes.
Todo comenzó con la confirmación de que Expediente X volvería en 2016 con una pequeña temporada de seis capítulos. Revivir a los agentes Mulder y Scully no solo le da una continuación a una serie terminada hace 13 años, en 2002 (si no contamos la película de 2008), sino volver a juntar a dos actores a los que el espectador no ha dejado jamás de asociar a la pequeña pantalla. En el caso de David Duchovny gracias a Californication y, en el de Gillian Anderson, por todas esas series que han hecho que últimamente la veamos hasta en la sopa: The Fall, Hannibal, Crisis... El momento parece que no pueda ser el mejor. Gracias a la superpoblación de superhéroes, la audiencia se ha reconciliado con lo fantástico y lo sobrenatural.
Aunque remontar esta tendencia a la serie paranormal no es del todo cierto puesto que el verano pasado ya nos dieron una pequeña muestra del que vendría a ser su modus operandi de estos últimos meses: la miniserie 24: Vive Otro Día rescató a Jack Bauer y nos demostró que Kiefer Sutherland todavía podía pasar por un agente todoterreno e indestructible. Si Liam Neeson lo consiguió con la saga Venganza, él (que tiene 14 años menos) no iba a ser menos.
Como la cosa funcionó bien (sobre todo teniendo en cuenta que se emitió en verano y las audiencias de las grandes cadenas caen en picado hasta con estrenos) y ya conocemos la máxima de la industria de masas, si algo va bien exprímelo al máximo, este lunes la cadena ha confirmado que 24 tendrá vida más allá de su ya segunda oportunidad, pero que no sería una continuación al uso: presentará a un nuevo agente, más joven y menos desgastado por la vida, al que Bauer podría asesorar a modo de apariciones estelares. Buen modo de animar el principio de la semana en una época post-upfronts más bien aburrida.
Pero eso no ha sido todo. Solo con un día de diferencia han anunciado también el desarrollo de una miniserie que recupere al convicto del cuerpo tatuado, Wentworth Miller, y su hermano ficticio Dominic Purcell. Además de volverlos a ver juntos en Legends Of Tomorrow, el spin-off conjunto de Arrow y The Flash que llegará a principios de 2016, volverían a la carga con una miniserie de Prison Break siete años (si llegase el año próximo) después del final de su cuarta temporada. Esta decisión sería muy arriesgada ya que no solo se desplomó en audiencia en su final, sino que todo el mundo que la recuerda habla de un producto que comenzó muy bien y, a partir de su tercera temporada, se convirtió en un auténtico desastre. ¿Querría FOX aprovecharse de la popularidad de la prisión de Orange Is The New Black con este movimiento? Y, al contrario que en el caso de 24, que permite jugar con amenazas terroristas sin justificación, ¿cómo volverían los hermanos a verse unidos por hallarse entre rejas?
A estas alturas FOX debería saber que la nostalgia puede jugar malas pasadas. Muchos prefieren mantener sus recuerdos intactos y que no se los estropeen con una nueva entrega floja o incapaz de recuperar el espíritu que le hizo triunfar en su primera instalación en la parrilla. Y, los que se animan a sintonizarla, lo harán con altas expectativas y quizás no vuelvan a partir de la siguiente semana por sentirse defraudados. Es lo que pasa cuando uno mira constantemente al pasado o se inspira en él para crecer: puede tener un golpe de suerte o, lo más probable, es que se encalle.