26 mar 2014

"¡Que te aguante tu madre!"

· ¿Quién no ha querido darle una colleja al protagonista de Dawson Crece?

· Sookie Stackhouse: esa mártir insoportable

Seguro que más de una vez has querido decirle la frase que titula esta entrada a algún personaje de tus series favoritas. Sobre todo cuando son los protagonistas. Y es que no sabemos por qué, pero hay algunos personajes principales que no nos entran por el ojo ni jartos vino, pero a veces eso no hace que dejemos de verlas. ¿Las razones del fenómeno? Pues será algo parecido al hate-watching. Pero nosotros no estamos aquí para eso, sino para hacer una lista de esos personajes que nos chirrían y a los que alguna vez querríamos tirarles un zapato a la cabeza por pesados, por coñazo, por insoportables o simplemente porque los odiamos sin más. ¿A cuáles odias tú?

Meredith Grey es la protagonista con menos carisma de la historia, y eso que al principio aún podíamos pensar que daría bastante de sí. Lo más interesante que ha tenido esta mujer en diez temporadas ha sido su madre, y tampoco es que la excusa del poco cariño que recibió durante su niñez la hiciese más interesante. Menos mal que Shonda es lista y cada vez le da menos tiempo en pantalla. Es más, hasta preferiríamos un cambio de nombre en Anatomía de Grey y que Ellen Pompeo la abandonase definitivamente, en lugar de Sandra Oh.

¿Cómo? ¿Un adolescente pedante, egoísta y caprichoso, que es capaz de dar de lado a sus amigos o a sus parejas porque hayan hecho algo con lo que no está de acuerdo? Sí, esa es una de las definiciones más correctas para Dawson Leery, ese chico de media melena que se pasaba media Dawson Crece hablando sobre películas y que se ha ganado a pulso tener un Tumblr dedicado a odiarlo aunque haga más de una década que se terminó la serie.

El supuesto héroe de Perdidos, Jack, acabó convirtiéndose en un obstáculo para muchos de los fans de la serie. Quizá porque Sawyer era un personaje mucho más interesante y la lucha de los dos por el amor de Kate hizo que la mayoría se inclinase por el melenudo, o también por su afán de ser siempre el que los acabase salvando, para al final tomar siempre las decisiones más desafortunadas. Sea cual sea la razón, estamos seguros de que muchos de vosotros deseábais semana tras semana que se cumpliese aquello de que nadie es indispensable y el humo negro se lo acabase tragando.

Si ya el personaje de Dawson era un poco insoportable, el de la protagonista de Girls, Hannah es su versión avanzada. Y no porque sea mucho más chirriante que el anterior, sino porque se supone que ya ha superado la edad del pavo y que debería estar un poquito más centrada en la vida. Entre sus grandes joyas están las de creerse superior a los demás por tener un código moral y aferrarse siempre a él, como todo su speech sobre preferir no trabajar a tener un trabajo que la aleje del estilo de escritura que quiere hacer. Todos sabemos, además, que el ratio de escritores que sobreviven única y exclusivamente de sus obras es muy alto.

Seguramente nos ganemos un par de enemigos incluyendo a Piper Chapman, la protagonista de Orange Is The New Black, en la lista. ¿Que una chica bien entre en la cárcel y no nos interese apenas lo que le pase? Mal asunto, cuando precisamente la premisa de "qué hace alguien como tú en un lugar como este" es lo que tanto nos apasiona del piloto de Breaking Bad, por poner un ejemplo. La cantera de secundarias de la serie tampoco le hace ningún flaco favor: acaba pasando de lo más desapercibida al lado de sus compañeras de cárcel.

No hay nada peor que un mártir, y la protagonista de True Blood, Sookie Stackhouse, está bien curtida en la materia. Todo le pasa a ella y, de una manera o de otra, acaba siendo siempre el centro de todas las miradas... Aunque al resto de la humanidad nos venga importando bien poco lo que le pase a la muchacha.

Este es un pequeño bonus track, ya que no es exactamente protagonista absoluto (menos mal, también hay que decirlo), pero es tal el odio que personalmente me despierta Dixon del remake de Sensación de Vivir que no podía no incluirlo en la lista. Llegué a tal punto que no sé tan siquiera si es racional o no: solo sé que cada vez que aparecía en pantalla me daban ganas de soltar barbaridades por la boca.