10 abr 2014

Pensar antes de enviar

¿Alguna vez, mientras estabas actualizando tu timeline de Twitter, has pensado que alguien a quien sigues debería Pensar Antes De Enviar? Nosotros también, y a menudo.

Ya os hemos dicho en varias ocasiones que el Instagram de James Franco es una mina de oro, y seguimos afirmándolo. En esta ocasión, ha publicado lo que muchos piensan pero no se atreven a decir: ¡cuánto daño han hecho los selfies y qué feos podemos llegar a salir en ellos! #YSinTenerQueComerUnLimón

El típico amigo que se pone detrás de ti en una foto haciendo el tonto y acaba teniendo más protagonismo que tú. ¿A que tienes uno así? Sofia Vergara también, pero nos encantaría que fuese otro el dedo que levanta. Aunque hay algo que nos perturba más todavía que eso: ¿qué narices tiene en el plato que nos enseña tan encantada de la vida? ¿Es un maxi-lagarto disecado con una flor encima? ¿Se supone que hay que comérselo? #QueAlguienLlameAChicote

Marta Hazas (Velvet), sabemos lo que estabas intentando, pero por muy actriz que seas, lo de posar para la cámara (al menos si es la del móvil) no es lo tuyo. ¡Transmites menos tensión que un programa de Los Teletubbies!

Javier Calvo (es decir, Fer de Física o Química) tiene una amiga que más que escaladora parece haber salido del vídeo de presentación de Andrea en Quién Quiere Casarse Con Mi Hijo: "Yo, todos los disfraces, de puta". ¿Era necesaria realmente esa pose tope sexy? ¿No sería más honesto que se hiciese un book, y no convertir una foto mona en un ¡eh, que estoy aquí y estoy muy buena!?

No nos gustan las copias, y Rubén Cortada (El Príncipe) quiere convertirse en la versión de Dylan McDermott. ¡Que los tuits de pensar son cosa suya! #VálganosCristo

Pero aquí está el original para compensar: Dylan McDermott con todo su arte, su gracia y la madre que lo parió. Esta semana nos enseña a disfrutar de las pequeñas cosas, de eso que dices: "mira tú qué monada" y te quedas un buen rato con cara de tonto de lo feliz que te hace. Aunque hay una duda que nos corroe de mala manera: ¿Y cuando se trata de algo que nos ha pasado a nosotros mismos, eso no debería hacernos sentir más vivos? ¿Es que solo importa el resto? ¡Con lo que mola creerse el ombligo del mundo! Por cierto, nos ha fallado con su falta de ortografía (myeself en el original), pero como es nuestro Dios de la filosofía postmoderna, se lo perdonamos. Eso lo hace más humano.