· El matrimonio de The Americans se juntó por y para la Madre Rusia
· Francis y Claire Underwood, el hambre y las ganas de comer
¿Eres de los que celebran San Valentín o de los que dicen que a tu pareja la quieres todos los días y estás en contra de este día? Tanto si eres del primer grupo como del segundo, si estás leyendo esto es porque, reconócelo, te encanta una buena pareja televisiva. Las que están juntas, las que no pueden estarlo y las que se desvían del modelo tradicional. Porque en la pequeña pantalla hay muchos tipos de parejas, cuquis, tóxicas, horrorosas, prohibidas (
El Pájaro Espino)... Y entre ellos, estos cinco. Antes de empezar, te recordamos que esta es una entrada libre de cursilería y topicazos del 14 de febrero, así que se la puedes recomendar hasta a tu amigo anti-San Valentín más radical.
O porque en tiempos pasados (e incluso actuales) sus familias los obligaban a estar juntos, o porque hay chantaje de por medio... Vamos, que si la pareja existe no es precisamente porque se fuesen enamorando el uno del otro. Como por ejemplo los protagonistas de
The Americans, que se conocieron cuando fueron reclutados por el servicio secreto soviético con la misión de pasar por un matrimonio
All-American y obtener información desde dentro. O
Victoria y
Conrad de
Revenge, que llevan toda la serie enfadados pero son incapaces de pedirse el divorcio. ¡Qué de sufridoras eran las esposas de los 70 y los 80, como
Sue Ellen en
Dallas o
Krystle en
Dinastía!
Tienen sus defectos, incluso podemos llamarlos malas personas, pero hay algo en ellos que les hace perdonarse cualquier tipo de comportamiento errático: que la otra parte es igual de maligna y sería un poco
heavy que se echasen algo en cara mutuamente. Y si
Francis y
Claire Underwood de
House Of Cards no ilustran este tipo de pareja a la perfección, nos tendríamos que quedar con la versión descafeinada:
Chuck y
Blair de
Gossip Girl.
Reconócelo: ha habido algún capítulo en el que incluso te exacerbaron del buen rollo que desprenden. ¡Si es que estamos demasiado acostumbrados a que en la tele solo aparezcan parejas disfuncionales que se traicionan a la mínima de cambio! Por eso reinvicamos a
Leslie y
Ben, de
Parks and Recreation, como una de las parejas más monas, aunque tampoco se quedan cortos
Jim y
Pam de
The Office,
Marshall y
Lily de
Cómo Conocí A Vuestra Madre o el de la comedia de los 70
I Love Lucy. Daban subidón de azúcar solo con verlos.
Eran lo único de lo que hablábamos a la mañana siguiente, cada vez que aparecían juntos las pantallas estallaban, se llenaban carpetas con sus fotos y, por mucho que pasen los años, los seguiremos recordando con chiribitas en los ojos y un inevitable "¡jo, tía!" Sí, hablamos de amoríos locos y rebeldes como los de
Quimi y
Valle en
Compañeros (la original, claro, nada de la segunda generación que duró una temporada), o también como el de
Brenda y
Dylan en
Sensación De Vivir.
Y por último, las que nos dan mucha pereza, las que lo veíamos venir y siempre pensamos que no serían capaces, o las que desde el minuto 1 nos parecieron algo más digno de una historia de relleno que de una trama principal. ¿Cómo se le pudo ir tanto la pinza a
Shonda para liar a
Izzie y
George en
Anatomía De Grey? Toda la química que tenían como amigos, la perdieron como pareja. ¿Y
Piper y
Alex, las protagonistas de
Orange Is The New Black? Y, aunque a veces nos cueste reconocerlo,
Rachel y
Ross de
Friends también entran en esta categoría.