· Jack Bauer estuvo enganchado a la heroína durante una de sus misiones
· El novio de Amelia Shepherd (Sin Cita Previa) murió de sobredosis y la dejó embarazada de un bebé con un gravísimo problema

El miércoles pasado hicimos un repaso por distintos personajes con problemas con el alcohol, y hoy hablamos de otros cuyas adicciones han dado un paso más. Marihuana, heroína, LSD, pastillas... El mundo de las drogas es muy amplio, y su representación en la pequeña pantalla también.

House es a la vicodina lo que
David Hasselhoff al desprestigio profesional. La toma para lidiar con el dolor de su pierna, pero se pasa tanto que empieza a alucinar y tiene un brote psicótico.
Jackie, la enfermera más rastrera de la historia, también hace uso de las pastillas para ayudar a hacer su vida un poco más fácil, aunque no porque lo necesite: ella misma se ha metido solita en ese berenjenal de doble vida, doble relación y turnos extra a cascoporro para pasar poco tiempo en casa.
Walter Bishop, el científico loco de
Fringe, ha admitido en más de una, de diez y de cien veces que en sus tiempos mozos él y
William Bell abusaban del LSD porque de ese modo sus mentes se abrían a todas las posibilidades. Vamos, algo así como cuando
Don Draper dice que la agencia huele a creatividad, para referirse a los porros. También tenemos un ejemplo de
pastillismo en
Revenge, cuando
Charlotte recurre a los medicamentos con receta como una manera muy valiente de enfrentarse a los problemas.

En el capítulo
fumeta tenemos ejemplos para dar y tomar. El pasatiempo favorito de
Ryan y
Wilfred es encerrarse en el sótano y darle a la pipa
non-stop. En
Episodes,
Beverly y
Carol comparten caladas de porro mientras se cuentan sus problemas con el trabajo y sobre todo con los hombres. Además, en
Cómo Conocí A Vuestra Madre son varios de ellos los que de vez en cuando se comen "bocadillos", la forma de ocultar la marihuana de
Ted a sus hijos mientras les cuenta su historia. En
A Dos Metros Bajo Tierra casi todos han flirteado con las drogas, aunque
Claire parecía llevarse la palma: consumió marihuana, cocaína, setas... Vamos, que a la chica no le faltó de nada. Tantas usaban en la familia que hasta la madre se drogó una vez por accidente cuando
David escondió éxtasis en un bote de aspirinas.

La heroína tampoco es que haya sido un tabú últimamente. Todos nos acordamos del síndrome de abstinencia tan malo por el que pasó
Charlie en
Perdidos, y cómo el encontrar las vírgenes parecía que iba a ser su vuelta a las andadas sin retorno. Y los que hayan visto
The Wire conocerán el caso de
Bubbles, que recurría a los timos para poder pagar su adicción, y solo se pensó dejarlo cuando estuvo a punto de morir. Casos de los que no nos acordamos tanto son los de
Jack Bauer de
24, que en la tercera temporada llega de estar de incógnito en una operación contra un gran capo... y con una adicción a la heroína de regalo. Y otra que lo pasó muy mal fue
Amelia Shepherd (
Sin Cita Previa), que si unes drogas y
Shonda Rhimes no puede haber nada bueno. Su adicción casi le cuesta el trabajo y sus amigos, pero lo que sí le costó fue la relación con su pareja, que murió de una sobredosis, y la vida de su bebé: debido a las múltiples drogas que ambos padres tomaron, el niño no desarrolló el cerebro, y murió nada más nacer en una crudísima escena que nos puso los pelos de punta. Un dramón.